Poeta de cartón corrugado, poesías de
papel de diario. Tu letra no vale nada, ni la tinta que estás
gastando. Tus rimas se le escapan a la vista, las almas no entienden
tus metáforas ¿en quién despertarás algún sentimiento? ¿qué
espíritu harás vibrar, a qué estructura harás temblar los
cimientos?
Poeta de cordón de vereda, de agua
estancada, poeta de calle de tierra, de techo de chapa. Poesías
de prueba, escritura de piedra. Quizás algún alma dura te entienda,
alguna perdida entre la niebla. Quizás alguna vida como la tuya, que
se juegue los sueños en una kermese y no sepa anhelar más que un
beso de vez en vez.
Poeta de poca monta, poesías de error
ortográfico, de esas que los letrados critican, que a los comunes la
piel nos eriza.
Poeta humilde, poeta humillado, poeta
tímido escondido entre tus diarios, poeta de la vida, de la calle,
de casa de barro, poeta de carro tirado por caballos, poeta de cartón
reciclado, de fotocopia y cuaderno anillado, poeta de subte, de tren
del conurbano, poeta de colectivo, poesías que se piensan viajando
parado. Poetas de todos los días, del barrio de al lado.
Poetas que no quedan en la memoria,
porque sus almas transparentes no pueden ser vistas por los mediocres
que escriben la historia.
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